In Memoriam d'aquell temps on només podiem crear amb una llengua...
Mujeres
de los siglos me habitan. Gioconda Belli
Hay una mujer en mi ventana, de pie
que apoya su cabeza sobre una pared,
descansa su brazo, ligeramente,
sobre una fuente de piedra.
Hay una mujer en mi cabeza, sentada,
que, con su bastón, golpea con fuerza
el cimiento de mi pensamiento.
no hay una mujer en mis palabras
ni siquiera en mi sombra descansa,
¡Entre todos los vocablos que componen mi
retrato!
Y ella recogiendo las flores del jardín…
Hay una mujer en mis ojos,
que lanza pepitas de oro a mi boca,
y borda con cantos sáficos mi vestido.
pero la danza de su lengua no le invitó a
bailar.
Hay una mujer en mis pechos,
que alimenta con leche salada
los sueños de una guerrera desterrada.
Que tiene en sus pezones la mirada
hierática de Isis.
No hay una mujer en mi vientre que me
enseñe
los secretos del reino, que vista la túnica
azúl.
Que rompa la costilla de su llanto, y que
dé a luz
al primer Adán.
Todo mi esqueleto es un paisaje armonioso,
perfecto. En él confluyen los mares, los
ríos
y los lagos que nacen de mis montañas.
¡Guardaré en las tinajas sagradas sus
aguas!
Las páginas están en blanco,
el
disco solar ahogado.
Las
líneas ya no guian estas palabras
transparentes
e invisibles.
En
la mirada de la ureus,
no
hay una mujer.
El
espejo rompió el sonido de la voz
de
la mujer que hay en mi ventana.