lunes, 12 de marzo de 2012

LA VOZ


In Memoriam d'aquell temps on només podiem crear amb una llengua...
 
Mujeres de los siglos me habitan.                                                                                                                                       Gioconda Belli

Hay una mujer en mi ventana, de pie
que apoya su cabeza sobre una pared,
descansa su brazo, ligeramente,
sobre una fuente de piedra.
Hay una mujer en mi cabeza, sentada,
que, con su bastón, golpea con fuerza
el cimiento de mi pensamiento.
no hay una mujer en mis palabras
ni siquiera en mi sombra descansa,
¡Entre todos los vocablos que componen mi retrato!
Y ella recogiendo las flores del jardín…
Hay una mujer en mis ojos,
que lanza pepitas de oro a mi boca,
y borda con cantos sáficos mi vestido.
pero la danza de su lengua no le invitó a bailar.
Hay una mujer en mis pechos,
que alimenta con leche salada
los sueños de una guerrera desterrada.
Que tiene en sus pezones la mirada hierática de Isis.
No hay una mujer en mi vientre que me enseñe
los secretos del reino, que vista la túnica azúl.
Que rompa la costilla de su llanto, y que dé a luz
al primer Adán.
Todo mi esqueleto es un paisaje armonioso,
perfecto. En él confluyen los mares, los ríos
y los lagos que nacen de mis montañas.
¡Guardaré en las tinajas sagradas sus aguas!
Las páginas están en blanco,
el disco solar ahogado.
Las líneas ya no guian estas palabras
transparentes e invisibles.
En la mirada de la ureus,
no hay una mujer.
El espejo rompió el sonido de la voz
de la mujer que hay en mi ventana.

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