Amor que dices mi cuerpo
con la lengua de Petrarca,
Y hablas placeres de
manzana y de sal abierta,
Canta el sentido colgado
en pedazos de arena blanca
Cuando recitas el espanto
de la voz evadida.
Nos miraba agazapada la
luna llena
Y los dedos trenzados de
tantas ganas
Bailaban impetuosos sobre
la fruta.
Tu y yo amor, en el mar
de espuma viva
Abríamos los dientes como
un niño sin ganas
Y lamíamos labios y sexo
y ojos sin brida.
Llovía en el corazón
ahogado hojas de melancolía
Y la raíz de mi cuerpo
firmaba tu locura.
Tu y yo amor, éramos, en
la sombra de la noche
Náufragos aislados de
sangre amarga a la deriva.