martes, 7 de febrero de 2012

UNBORN


UNBORN

No hay duda de que existen experiencias que solo una mujer puede vivir y explicar, entre ellas el haber sufrido un aborto natural. Por muchas razones, la mujer ha sido y estado externa a su propio padecer, únicamente ocupando el espacio de objeto de estudio de un fenómeno importante para la medicina y la biología. Podemos leer sobre este tema en revistas científicas, dirigir nuestra mirada, como han hecho los expertos, hacia los efectos biológicos de la paciente, pero poco tenemos a nuestro alcance sobre el modo en que afecta a la mujer, como lo vive su persona y como afecta a su desarrollo personal. Quizás por la naturaleza tan íntima del acto y porque no, porque concierne al cuerpo de la mujer, este tema aún duerme impasible dentro de nuestro particular cajón de tabúes. Prueba de ello es el escaso despliegue artístico, teórico y académico sobre ello. No es este el caso de Unborn [Nonato] (2012) un cortometraje dirigido y producido por Oliver Tellechea. Con una puesta en escena exquisita, su director nos acerca, a través de su sensible mirada, a la realidad de Lina, una chica joven que tras sufrir un aborto natural, ve su vida truncada, vacía, llena únicamente de tristeza y culpabilidad.
Lo que Unborn nos muestra nada tiene que ver con estadísticas médicas o con las causas del aborto, sino que explora con una delicadeza punzante, en este su debut cinematográfico, los efectos. Los efectos reales en una mujer, en Lina, interpretada por Sissi Tellechea, y en su vida. Aquí reside la importancia artística y temática del cortometraje. El director nos muestra el problema desde el espacio mismo en el que ocurre: el cuerpo. El cuerpo de Lina se contorsiona en una serie de movimientos que reflejan la herida, la herida de la pérdida. Y el espectador se deja llevar por el ritmo del dolor que le invade el cuerpo y que se va haciendo, a medida que transcurre el tiempo, tan grande como la culpa. Este dolor no puede expresarse en palabras. Y no puede porque no existen. Por esto el director ha permitido que el mismo cuerpo lo explique, hable desde su propia verdad, de aquella que sólo el cuerpo dolorido deja entrever. Y Lina, con movimientos perfilados, elegantes y nítidos, donde la ternura y el odio se entremezclan, nos lleva de la mano por su alma entumecida por la herida. La vida que se ha perdido, que se ve lanzada al vacío antes incluso de existir, hace que Lina se entregue por completo a la danza de su cuerpo. La danza que fluye como la sangre de su herida. Un cuerpo que no supo defender la vida de su hijo. Pues esto es lo que Lina nos muestra cuando cierra los ojos: su culpa. Su culpa repartida por las cuatro paredes de su vida y ella en movimiento. Ella que no se detiene aquí y el espectador con ella, que intenta avanzar hacia la luz y liberarse, liberar su cuerpo de los hilos de esa culpa que la atan a la nada donde se encuentra. Con Lina el espectador recorre cada recoveco de su alma y le acoge para que le acompañe en su periplo interior. El sufrimiento de Lina es el de muchas mujeres y en este sentir pesan demasiadas implicaciones culturales y políticas sobre la espalda de los siglos para que las pasemos inadvertidas. Gracias a Unborn no será así.
http://vimeo.com/36184574

1 comentario:

  1. Interessant. S'haurà de veure. T'ha faltat publicar el link per a poder entrar directament. Besets.

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